Contaminación ríos

La buena condición física de un sistema hidrográfico se puede medir por la presencia de contaminantes de carácter orgánico en el agua, lo que se denomina técnicamente demanda bioquímica de oxígeno (DBO5). Cuandao su valor supera los 10 miligramos por litro, las aguas están muy contaminadas, mientras que si se mantiene por debajo de tres, la contaminación orgánica es muy débil.

En este segundo caso pueden presumir de encontrarse las cuencas hidrográficas gallegas, según el informe "Sostenibilidad en España 2011", de líderes en todo el Estado en cuanto a parámetros de menor contaminación, una situación que se repite, confirman los analistas del Observatorio da Sostenibilidad, "un año más".

Así, las demarcaciones Miño-Sil y Galicia Costa encabezan una tabla, relativa a 2010, en la que los últimos puestos son ocupados por las cuencas del Tajo, del Guadiana, del Guadalquivir y del Júcar, que presentaron los valores más altos de contaminación. En el caso de las corrientes fluviales gallegas, no se registró ninguna estación de control de calidad que superara los tres miligramos por litro, mientras que en estas cuatro demarcaciones se superaron los valores de 10 miligramos en 18 estaciones, catorce de ellas concentradas en el Tajo y el Guadiana.

En todo caso, los datos aportados por este organismo –nacido fruto de la colaboración entre el Ministerio de Medio Ambiente, la Fundación Biodiversidad y la Fundación General de la Universidad de Alcalá– no resultan acordes con los presentados por los ecologistas. En el último informe del "Proxecto Ríos", elaborado por la asociación Adega, relativo al año pasado, se alertaba de que a pesar de que el 42 por ciento de los cauces gallegos analizados presentaba un estado excelente en otoño de 2010, el porcentaje había caído un 25 por ciento con respecto a los datos obtenidos durante la primavera de ese mismo año. En todo caso, el informe actualizado para 2011 se presentará a finales de este mes.

Fernando Cobo, del Departamento de Zooloxía e Antropoloxía Física de la Universidade de Santiago y director de la Estación de Hidrobioloxía "Encoro do Con", dependiente de esta institución académica, considera que el tipo de medición utilizado por el Observatorio da Sostenibilidad (la DBO5) "no da una idea de los efectos de la contaminación orgánica sobre las comunidades biológicas". En todo caso, recuerda que valores de más de 5 miligramos por litro son "indicativos" de "pérdidas sensibles de biodiversidad", una situación que, resalta, "puede agravarse en determinados momentos, como el verano". "Porque una cosa que hay que considerar conjuntamente es la dilución por los incrementos de caudal debidos a la lluvia", alega.

Al margen de esta consideración, el científico sostiene que los casos "más frecuentes y generalizados" de contaminación que afectan "permanente o temporalmente al 90% de la red hidrográfica gallega se deben al "enriquecimiento orgánico" que procede de actividades humanas tales como: vertidos de origen urbano o industrial, "especialmente de industrias lácteas, conserveras y cárnicas" y los vertidos agrarios en forma de "contaminación difusa" por purines y estiércol.

Paola