martes, 28 de febrero de 2012

Diseñan un sensor para detectar algunas sustancias contaminantes en la comida


Cuando hace poco más de tres años la intoxicación de miles de bebés chinos que habían consumido leche contaminada con melamina hizo saltar las alarmas, gobiernos de medio mundo se apresuraron a explicar a sus ciudadanos que contaban con los mecanismos de seguridad suficientes para garantizar la salubridad. Europa no fue ajena a la crisis y Bruselas se vio obligada a reforzar los controles. Cuatro años después, dos investigadoras de la Universidad de Córdoba (UCO), Mercedes Gallego y Beatriz Jurado, en colaboración con Evaristo Ballesteros, de Jaén, han presentado un nuevo sistema de detección de contaminantes en alimentos diseñado para detectar la presencia de aminas, un tipo de compuesto químico orgánico considerado como contaminante y que en grandes concentraciones ha sido relacionado con algunos tipos de cáncer. 

Concretamente, el nuevo sensor basa su eficacia en el análisis cromatográfico de los contaminantes, usando la técnica de espectometría de masas. Esta fórmula ha permitido detectar las aminas en cantidades mínimas y por tanto consideradas inocuas y que hasta ahora pasaban desapercibidas. El nuevo sistema de detección ha sido detallado en el último número de la revista norteamericana Journal of Agricultural and Food Chemistry, en el que las profesoras analizan la presencia de hasta 16 tipos de aminas originadas durante algunos tratamientos. 

El estudio incluye cervezas, vinos, bebidas espirituosas, leche y productos lácteos procedentes de varios países europeos, obteniéndose diversos resultados según el tipo de alimento. Así, mientras en todas las muestras de cervezas se detectaron al menos dos contaminantes, aunque por debajo de lo permitido, no apareció resto de ellos en vinos o en bebidas espirituosas.


Paola

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